M. ingresó hace algunos días. En su primera noche de hospital llamo al timbre para decir que su compañero de habitación había muerto.... no era imaginación suya, realmente estaba muerto.
M. tiene 96 años, toda su vida fue militar, cosa que deja ver aún por su fuerte pero a la vez entrañable carácter.
Esta mañana al llegar a la habitación me hizo tesorera de sus pertenencias, estaba seguro de que moriría esta misma mañana aunque no fue así. Me hizo prometerle que si moría yo mismo entregaría su reloj y sus anillos a sus hijos. Nada, nada....M....creo que hoy no va a morir, pero tranquilo que yo hago lo que usted me pide si le pasa algo....
En cuanto desayunó y se levantó le subieron los ánimos así q me dijo guapa unas docientas veces... al preguntarle su edad su contestación primera fue: 42...soy todo un chaval, eso demuestra su juventud en espíritu.
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