Ayer sentí una mezcla de sensaciones un poco rara. Sentía sobre todo alegría, pero también tristeza, pena, impotencia, gratitud.... ¿Puede ser posible tanta sensación junta?.... Creo que sí, porque yo la he sentido.
Buscando algunas cosas por Internet me he encontrado con una foto, al verla me ha dado un vuelco el corazón.
Ésta foto era de un compañero de clase y de D. (esa mujer de la que tanto he hablado y que era tan, tan abuelita).
Me ha sorprendido mucho porque he visto completado un periodo del que he hablado muchas veces. Es el periodo en el que ves como los pacientes se van apagando lentamente... muy despacio...
En la foto D. se ve muy llena de vida, incluso mi compañero me ha comentado que le decía que era su príncipe azul. Más tarde, cuando yo comencé las prácticas aún le quedaba un poco de esta vitalidad, podía dar los buenos días, sonreía al decirle que era la hora del desayuno (le encantaba un buen café con leche). Fue pasando el tiempo y en mi mente se han quedado reflejados multitud de imagenes de cada día.
Es difícil de explicar con palabras, es un sentimiento y una gratitud muy grande. D. falleció el 28 de Abril, por la noche, sin hacer ningún ruido, muy callada, con esa cara serena y alegre que la caracterizaba.
Algunos días después su familia fue a hacernos una visita al hospital, para ellos aunque parezca difícil entenderlo esa planta y esa habitación fue su casa durante largos y duros meses. Nos dieron las gracias, dijeron que estaban muy tranquilas porque saben que ella no sufrió y que la estuvimos cuidando entre todos lo mejor que sabíamos. Una cosa de la que si sentían pena era que al morir de noche no habíamos podido estar las enfermeras que habitualmente la cuidabamos, después de todo, ¿Cómo se pudierón acordar de nosotras?.
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